El ministro de Defensa francés, Hervé Morin, visitó Brasil para tratar de solucionar los últimos detalles de varios grandes contratos militares, en particular la venta de cuatro submarinos convencionales, valorados en más de 2.000 millones de euros. Se trataría de cuatro Scorpéne, programa en elo que participa Navantia al 50 por ciento, y de opciones para otros dos para cubrir las necesidades en particular de protección de las futuras plataformas petroleras que se deberían montar en aguas del país suramericano. La compra llevaría aparejado el compromiso de que Francia ayudaría a Brasil a dotarse de una flota de submarinos nucleares.
Su desplazamiento puede servir de impulso a las negociaciones para otro contrato de 51 helicópteros militares pesados Eurocopter Super Cougar por 1.200 millones de euros, que se ensamblarían en la planta de Itajuba de la compañía brasileña Helibras, en la que fabricante europeo tiene un 45 por ciento. También pretende dar un impulso a la opción del cazabombardero Dassault Rafale, dentro del programa del futuro avión de combate de la Fuerza Aérea.